Sobre las 8 de la tarde del viernes llegamos al hotel de Zaragoza donde habíamos quedado con El Tio Pep e Isabel, y Ibon y Sandra. Nada más entrar al parking me di cuenta de que no habíamos sido los primeros ya que por primera vez observé en realidad el brutal Jimny de "Ibonjimny" un aparato espectacular que hasta entonces sólo había visto en foto, estaba aparcado en el primer sótano esperando el amanecer del dia siguiente para empezar la tan esperada ruta.
Después de un rato de espera llego el último de los tres participantes, Pep, y después de las presentaciones de rigor nos fuimos a pasear "by night" por Zaragoza cenando en un bar típico de tapas de la calle del tubo, allí empezamos a tomar confianza los que todavía no nos conocíamos hasta ese dia.
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Nos acostamos pronto ya que estabamos cansados y deseabamos que llegara el dia siguiente para empezar la ruta, cosa que efectivamente ocurrió no sin una gran dificultad para encontrar el punto de inicio que para más INRI era un cementerio, finalmente lo encontramos y la ruta nos llevó hasta el pueblo viejo de Belchite , pueblo bombardeado intensamente durante la Guerra Civil que se ha mantenido intacto como recuerdo de la barbarie. Allí fue dónde comimos en una terraza de uno de los pocos bares que existen en la comarca.
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Después de comer por "mayoría" decidimos volver a Zaragoza para acabar de hacer turismo y comprar los recuerdos de rigor, después de varios intentos fallidos de hacer el "guiri" , me refiero a montar en un bus turístico que ya no pasaba o un "ebrobus" barco que te pasea por el ebro pero que al ser el último ya no volvía al centro y te dejaba donde Cristo perdió el gorro , optamos por la sabia decisión de ir a cenar a una Pizzería donde llenamos los estomágos y reponíamos fuerzas para volver a emprender la segunda aventura, encontrar el punto de inicio de la ruta del domingo, cosa que tampoco fue nada fácil .
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Finalmente nuestro "jefe de rutas" Pep nos guió por el camino correcto, camino en el que nos encontramos molinos, ermitas, santuarios, monasterios, ovejas, polvo, soledad , y por sorpresa no excesivo calor, fue una mañana intensa que acabó en Robres donde comimos en un restaurante de no excesiva calidad pero que tenía como curiosidad una pequeña exposición de motos antiguas oxidadas y por restaurar
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En resumen ha sido un fin de semana turístico con un par de rutas off road de ninguna dificultad técnica pero muy divertidas, lo mejor sin duda compartirlo con el Tio Pep e Isabel y haber conocido a Ibon y Sandra, unos compañeros de ruta excepcionales e inmejorables, igual que el resto de los amigos que habitualmente nos acompañan pero que en ésta ocasión no han podido venir .
Nos veremos en La Masía Pelarda y posiblemente antes en Andorra.
Salud y gasolina para todos