Aquí tenéis la crónica que ha redactado TotiTT de la última que hemos liado, me la ha hecho llegar y la pongo aquí para que los que no pudisteis venir os hagáis una idea de lo bien que nos lo pasamos
Un saludo
II Cerdanya Off Road
El Club Raid Promises vuelve a estar presente en nuestras montañas después de un tiempo de inactividad a causa de diferentes circunstancias ajenas a la voluntad de la organización. Y qué mejor forma de reaparecer que con la celebración de la II Cerdanya Off Road por uno de nuestros más bellos parajes, evento que dejó patente con una alta participación que el espíritu Promises sigue más vivo que nunca.
El punto de encuentro y de inicio de nuestra ruta fue en un hotel de la pequeña población de Bagà, que presentaba una zona de parking lo suficientemente amplia como para albergar a todos los participantes en la ruta y que nos agilizó las primeras instrucciones al grupo. Bien temprano ya estábamos todos allí, con mucha ilusión por empezar y esperando que Dios nos ayudara por el madrugón, parafraseando la sabiduría popular.
Una vez ya habíamos recargado fuerzas y entrado en calor gracias a no pocos y humeantes cafés, se procedió a la entrega de los roadbooks, incluyendo en ellos todos los permisos y seguros necesarios para el perfecto funcionamiento de la ruta. Raid Promises siempre se ha caracterizado por ser muy estricto en el cumplimiento de la legalidad.
La caravana empezó a subir por una sinuosa carretera que ya nos hizo entrar un poco en materia. Aunque aún no estábamos en nuestro medio preferido, fuimos recompensados con unas vistas absolutamente espectaculares de todo el valle pre-pirenaico, bañado por un mar de nubes que a lo lejos era roto insolentemente por la inconfundible silueta de la montaña de Montserrat. Frecuentemente acompañados de vacunos impertérritos por nuestra presencia, fuimos serpenteando la montaña hasta llegar a la cota 2000. Allí ya entramos de lleno en suelo auténtico, y ágilmente y con alegría fuimos siguiendo la senda que se entrelazaba con las pistas de esquí de la estación de La Molina; en estas fechas sin un copo de nieve todavía, no pudimos ni quisimos evitar la tentación de “esquiar” las pistas con nuestros vehículos, ya que presentaban una pendiente irrechazable para nosotros.
Metidos de lleno en el corazón de los Pirineos y a partir de aquí siempre con los montes harinados a la vista, seguimos la ruta magistralmente indicada en el roadbook que nos llevó hasta la Font de l’Ingla i Bellver de Cerdanya. Este tramo nos ofreció buenos momentos y sonrisas constantes, ya que el agua empezó a hacer acto de presencia acompañada de márgenes, pendientes, pasos estrechos y piedras…Lo que todo TT nos pide, vaya. Después de almorzar sencillamente en el pueblo de Aransa, al que llegamos camuflados en medio de un numeroso rebaño de reses, subimos la carena por pistas que nos permitían cierta velocidad, en dirección al refugio de Prat d’Aguiló, ubicado en un precioso e insólitamente situado prado, y para contemplar desde un sitio privilegiado todo el valle de La Cerdanya, encajonado entre las sierras pirenaicas. Nuestra decepción se hizo patente al encontrarnos con un desprendimiento de piedras ocasionado por las últimas tormentas de la semana pasada, que nos cortaba el paso y por escasos 200 metros nos hacía imposible seguir hasta nuestro destino final. Como no hay mal que por bien no venga, las maniobras para recular los vehículos y cambiar el sentido de la marcha fueron un reto de lo más exigente, obligándonos a trepar casi literalmente marcha atrás la ladera. A todos los pilotos les encantó la oportunidad que se les brindó de desplegar sus precisas dotes al volante.
Como fin de fiesta espectacular, y ya que disponíamos de tiempo y la ocasión lo merecía, la ruta nos llevó hasta los alrededores de Alp al encuentro de unos senderos auténticamente trialeros, que nos hicieron poner en práctica nuestras mejores habilidades para sortearlos. El pie a tierra y el asesoramiento desde fuera del vehículo no fue poco, pero los escollos en forma de crestas y desniveles pronunciados llenos de roca se superaron aún sin las 4 ruedas en el suelo, y (sobretodo) se disfrutaron enormemente. Como nuestro espíritu aventurero aún no se daba por saciado, fuimos al encuentro del río Segre, aún joven por esos lares, pero que gracias a las recientes lluvias ya ofrecía en sus alrededores agua suficiente como para ponernos a prueba en más de un enredo. Y así fue, ya que tuvimos que hacer uso de la eslinga para sacar a un compañero temporalmente inmovilizado en medio del agua, ya que el camino estaba literalmente inundado, y acto seguido rescatar nuevamente de un buen barrizal a otro compañero que intentó sin éxito sortear al primero… Después de ésto ya nos dimos por satisfechos y nos retiramos exhaustos al hotel para recordar las no pocas vivencias del día con unas risas, y plantear las primeras ideas para nuestro próximo encuentro 4x4. Allí estaremos y allí esperamos veros !!!!
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Jordi Amat (TotiTT)